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Mérida y La Lección

  • Paloma, 2º de Sec.
  • 19 nov 2015
  • 6 Min. de lectura

Era se una vez en el año 793 después de Cristo en una gran isla al norte de Europa en el océano Atlántico lo que ahora compone Reino Unido, al norte de Inglaterra está Escocia en donde toma lugar nuestra historia.

En este lugar existía una familia que gobernaba uno de los cuatro reinos en los que estaba dividido su imperio, esta familia estaba conformada por seis miembros, de los cuales la madre se llamaba Miranda y el rey que se llamaba Marcus, tres de los integrantes eran trillizas llamadas María, Marina y Mariana de seis años y la hermana mayor se llamaba Mérida que acababa de cumplir los 18 años y ya estaba lista para comprometerse y así lograr unificar dos reinos.

Tanto Miranda como Marcus, eran personas muy civilizadas y con gran clase y sabían gobernar bien su reino, sin embargo, su familia se creía superior a los demás y creían que podían conseguir cualquier cosa, a cualquier costo.

La familia de Mérida ya quería comprometerla con alguien para que se unificaran dos reinos, sin embargo, Mérida era muy rebelde y se escapaba todo el tiempo, por lo tanto, no quería casarse.

Su padre invitó a varios reinos vecinos para que trajeran a sus hijos para competir por la mano de Mérida. Al llegar a su reino Mérida escogió el reto que elegiría a su marido. Ya que ella amaba el tiro al arco, decidió que el que ganara podría ser su esposo; pero por supuesto Mérida no estaba cien por ciento segura de hacer esto.

El día del reto ninguno de los competidores le dio al centro de la diana excepto por uno, pero Mérida se hartó y decidió hacerlo ella misma, dijo que si ella le daba a la perfección a todas las dianas ella podría decidir lo que haría con su vida. Cada una de sus flechas quedo justo en el centro y a la flecha del único que logro atinarle a la dina, la atravesó justo por la mitad y la lanzo con tanta fuerza que casi atraviesa por completo a la diana. La madre de Mérida llega con ella, la sujeta del brazo con fuerza y la lleva hasta su aposento, donde comienza a regañarla y a decirle que esa no es la manera de que se comporte una princesa.

La madre de Mérida había hecho una manta en donde ella había bordado la silueta de toda la familia. Y Mérida por estar tan enojada con ella de que no pudiera tomar sus propias decisiones tomó una espada que estaba en el cuarto y la cortó por la mitad en donde separaba a ella del resto de su familia. Y después de esta gran discusión decide marcharse y salir del palacio.

La madre de Mérida, ya furiosa decidió contactar a una bruja. Quería a alguien que pudiera realizar hechizos, pero sobre todo darle una lección a su hija.

Todo el pueblo sabía que contactar a una bruja podía ser riesgoso. Las brujas eran peligrosas porque al pedir un hechizo ellas lo realizaban pero algo siempre salía algo mal o te daban un acertijo para invertir el hechizo, sin embargo, estos acertijos eran difíciles de resolver y si lograbas resolverlos ya no era a tiempo para revertir el hechizo. Ya que toda magia viene con un precio.

Después de un largo y peligroso viaje, la mamá llega a una casa vieja y descuidada a la que se creía ser la casa de la bruja. La madre entra a la casa y no hay nadie y de repente en un segundo se aparece detrás de ella una mujer con el cabello gris, y no muy alta, tenía una piel arrugada y una verruga en la punta de la nariz; y le dice a Miranda con una voz fuerte y demandante: “¿qué hacéis aquí?”. La bruja tenía aproximadamente ochenta y siete y era una de las brujas más reconocidas en el imperio. Miranda le pide que si le pudiera hacer un hechizo para lograr enseñarle una lección a su hija, para ver si así ella aprendería a comportarse y entender la preocupación de su madre y al fin poder aceptar casarse.

La bruja realizó una poción vertiendo varias esencias en un caldero, y comenzó a moverse por toda la casa para tomar nuevas cosas, ella vertió desde patas de rana hasta hierbas místicas. Miranda se ponía cada vez más nerviosa. La bruja por fin terminó y le entrego a Miranda un panecillo en forma de strudel de manzana.

Antes de entregárselo la bruja le advierte que es una poción muy poderosa que si está segura de quererla y Miranda sin dudarlo ni un segundo toma el panecillo, le entrega a la bruja su pago y se va de la casa, justo al salir de ésta, la casa desaparece entre la niebla.

Miranda regresa al palacio y como una ofrenda de paz le entrega a Mérida el panecillo y ella se lo lleva a su cuarto en donde le da una mordida y se queda dormida. A media noche Mérida despierta con un dolor de panza espantoso y de repente comienza a cambiar de forma y se convierte en oso. Ella asustada decide marcharse, pero justo esa noche su padre había organizado un festín en el que invitó a todos los reinos a celebrar. Para Mérida fue muy difícil salir del palacio, ya que, su padre tenía un odio hacia los osos, consecuenci

a, de que uno le había arrancado su pie derecho y desde entonces usaba una pata de palo. Las hermanitas de Mérida eran muy traviesas y al ver el panecillo en la cama de Mérida decidieron darle una mordida cada una, y a su vez, también se convirtieron en osos y ya que conocían el palacio a la perfección y tenían varios pasadizos secretos ayudaron a Mérida a salir del castillo. Mientras todos la perseguían.

Al día siguiente, Miranda se da cuenta en los que Mérida se había convertido y decide llevarla con la bruja y a sus tres hermanitas. Después del largo viaje por fin llegan a la casa de la bruja y al entrar en la casa, se prende una luz en la que está la silueta de la bruja dando algunas instrucciones y dice que si era Miranda que vertieran el frasco número dos en el caldero, y la bruja le da un acertijo que dice “alterado fue el destino, ve el interior, remienda el vínculo que el orgullo modificó” y dice que si al segundo ocaso no se revierte el hechizo este perdurara por el resto de su vida.

Miranda muy desesperada regresa al palacio a meditar sobre el acertijo. Después de varias horas de pensarlo se da cuenta de que se refiere a la manta que ella había realizado y que Mérida había roto.

Entonces decidió tomar un hilo, una aguja y sujetar la manta con fuerza, y enseguida correr hacia Mérida, ya que habían quedado de verse en el medio de un círculo de rocas como algo parecido al Stonehenge, pero Miranda no contaba con que Marcus había organizado una excursión para encontrar y matar al oso, entonces al salir a buscar a Mérida, se da cuenta que van en camino alrededor de setenta hombres de casería y al ver a los hombres y entre ellos incluido Marcus atando y maltratando al oso, sin saber que es Mérida. Corre Miranda a salvarla y dice que ella es su hija, sin embargo, Marcus no le cree y la avienta a un lado. Ya que casi era el crepúsculo la madre muy preocupada se encima en el oso y comienza a coser la manta. Justo en la puesta del sol, Miranda la pone arriba del oso y no sucede nada hasta unos minutos más tarde… Mérida se convierte en humano de nuevo.

Tanto Marcus como los espectadores se sorprendieron y al instante Marcus abraza a toda su familia. Al pasar los dos días Marcus organiza un festín en su castillo para celebrar el regreso de su hija.

Mérida decide casarse con el muchacho que le atinó a la diana, para complacer a su familia y lograr unificar los reinos, ella se da cuenta que no todo debe ser malo en la vida y que hay que verle el lado positivo a las cosas y vive feliz el resto de su vida junto a su nuevo esposo.

FIN

 
 
 

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